A veces pienso que una solución es meter toda la mierda debajo de una alfombra, para que no se vea. Pero cada vez que intento cruzar la alfombra me tropiezo, por esa mierda que no me deja caminar.
Me has vaciado tanto,
que no sólo he perdido el norte,
sino que he dejado de ser yo,
y sólo deseo gritarte lo mal que lo has hecho.
Lo poco que te han durado tus semanas de gloria,
que la tonta de tren te bailara el agua,
que no compartieras conmigo nada,
abandonándome, torpe de ti, en el desamor.
Que has perdido lo mejor que jamás tendrás
por cuatro besos en una cama
por dos emails sucios,
y un polvo en mi propia casa.
Me cuesta creer que tu mirada sea sincera,
todo tú es una mentira,
larga y dolorosa, como una muerte injusta.
Y eso es lo que me queda de ti,
un adiós a la vida, entre tus mentiras.
lunes, 26 de febrero de 2018
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