En un experimento se metieron cinco monos en una habitación donde también había una palmera, en lo alto de la cual, colgaban unos plátanos. Esta palmera no era real si no que, como parte del experimento, estaba conectada a la corriente para que, al tocar los plátanos, los monos recibieran una pequeña descarga eléctrica.
Así, cuando uno de los monos ascendía por la palmera para acceder a los plátanos, se electrocutaba, bajando alarmado y alertando a los demás monos. Al cabo de un tiempo, los monos asimilaron la conexión entre los plátanos y el calambre, de modo que cuando uno de ellos se aventuraba a ascender un busca de un plátano, el resto de monos se lo impedían con violencia. Al final, e incluso ante la tentación del alimento, ningún mono se atrevía a trepar la palmera.
En ese momento, los experimentadores extrajeron uno de los cinco monos iniciales e introdujeron uno nuevo en la habitación.
El mono nuevo, naturalmente, trepó por la palmera en busca de los plátanos. En cuanto los demás observaron sus intenciones, se abalanzaron sobre él y lo bajaron a golpes antes de que el nuevo mono, hubiera recibido la descarga. Después de repetirse la experiencia varias veces, al final el nuevo mono comprendió que era mejor para su integridad renunciar a los plátanos.
Los experimentadores sustituyeron otra vez a uno de los monos del grupo inicial que sí había recibido el calabrazo, por un mono que no. El primer mono sustituido participó con especial interés en las palizas al nuevo mono trepador.
Posteriormente se repitió el proceso con el tercer, cuarto y quinto mono, hasta que llegó un momento en que todos los monos del experimento inicial habían sido sustituidos.
En ese momento, los experimentadores se encontraron con algo sorprendente. Ninguno de los monos que había en la habitación había recibido la descarga eléctrica, sin embargo, ninguno se atrevía a trepar para hacerse con los plátanos.
Si hubieran podido preguntar a los primates por qué no subían para alcanzar el alimento, probablemente la respuesta hubiera sido “No lo sé. Esto siempre ha sido así”.
martes, 31 de marzo de 2015
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