Vives con sed
pero no sabes de qué...
No sabes ponerle nombre
y eso te lleva a fantasear,
a construirte necesidades de satisfacción.
Una tras otra.
Y cuando consigues satisfacer un deseo,
llega el siguiente
y otro más...
Quedas preso de la cadena de sueños que te vas gestando,
como los que atontados quedan presos del televisor,
manteniéndote entretenido la programación que tu ego te ofrece.
Y ahí estás, en tu bucle, en tus ruinas,
porque sabes que en la lucha entre tu ego y tú
te estás dejando ganar,
para evitar el contacto contigo mismo
porque te tienes miedo
Sólo te ves de espaldas,
porque de frente verías el corazón
y oh! no... el amor es tu gran dolor.
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