miércoles, 18 de junio de 2014

El guardián entre el cemento

Calurosa tarde de verano
aquella que nos abrazaba,
poco reparé en tu presencia,
de pronto inesperada...

Te incluyes en nuestra ruta
con desparpajo y armonía,
emprendemos el camino
que yo tanto me temía...

No sé si fueron tus ojos,
tu cuerpo o tu sonrisa,
sólo sé que a mi cabeza
has traído nueva brisa.

Desconozco tu perfume
tanto como tú el mío,
y no comprendo el interés
de habernos conocido.

Tengo miedo de ser
parte de otra colección,
esos juegos son golosos
y crean adicción.

Y pasará,
como pasa con los sentimientos,
que el día antes de marcharme
armaremos los cimientos...

Pero no quiero estar triste,
es mejor olvidarse
y ser consciente que esto
no ha sido ni un romance.


~Poesía automática~

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