soportando pesadas cargas que me había ido fabricando
tejí despropósitos hasta la saciedad
experimentando el fuego acabándome
te vislumbré débil, magnolio,
y flotando bajo un translúcido camisón
deshíceme de los escombros que atragantaban mis sonrisas
comprobé el fío de la nieve bajo mis pies descalzos
observando las ruinas del tiempo
esconderse tras el horizonte
despidiendo la inocencia
que no añoro
Seductoras
tus flores me recuerdan al telar donde
tejiéronse mis sueños de algodón
siempre de espaldas al horizonte,
arañando la morada del ayer.
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| Egon Schiele. Mujer con calcetines negros. 1912 |
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