jueves, 15 de diciembre de 2011

Regreso

Lo último que perdí,
fue la esperanza...
cuando con su llanto huía,
apabullada por la realidad,
la dejé marchar.

Despreocupada.

Abandonado el páramo
de donde moran las expectativas
vuelvo a estar lejos de todo,
que es donde realmente pertenezco.

Que es desde donde escribo.

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