martes, 9 de enero de 2018

Sin poesías en nuestra cama


Colección de muñecas de porcelana,
a cada cual más hueca.


Abandono

Soy mi llanto en medio de un desierto,
un llanto helado
un llanto lento.

Llanto seco,
carrasposo,
sin una voz que reclame
sin un tacto distinto
al de la arena.

Como un oasis
me deshago
en la soledad
de este desierto seco.

La receta del mono


En la época del colegio,
en el instituto,
en la universidad,
en bares sin nombre
y calles que llevaron a ningún sitio.

En fiestas que no recuerdo,
en parques de mil ciudades,
solo o en compañía.

Años de técnica
para robar sonrisas,
para que lluevan besos,
para que alaben abrazos.

Sigo cuidadosamente
las instrucciones elaboradas,
pues nunca me falla.

Cuando veo el objetivo
me aseguro que percibe acercamiento,
mirándole a los ojos,
regálole un piropo.

Puedo alejarme unos instantes,
dejar que reciba el mensaje...
Su mente inquieta buscará de nuevo mis ojos,
esta vez no será distinto.

Vuelvo con una conversación desenfadada,
mostrando mucho interés,
interés en mis ojos,
interés en mis manos,
interés en mi boca.
Regalo anécdotas inacabadas,
con coincidencias.
A ellas les gustan las coincidencias,
lo veo en sus gestos,
en su manera de tocarse el pelo,
en el brillo de sus labios recién pintados.

Pregunto abiertamente,
doy confort en mis palabras,
alimento su curiosidad,
el brillo en sus ojos
me dice una vez más,
que mis palabras
que son los brazos
sobre los que ya no descansa.

Sueño y le hago soñar,
le hago soñar despierta conmigo,
que la fantasía nos transporte
a ese mundo donde sólo existen nuestros ojos
donde jugamos al cíclope
donde el aire es tan denso,
que al bailar sentimos estar bajo el agua.
Donde húmedos la música nos abrace
hasta que un mar de peces y de flores
viaje por vuestras bocas.

Y entonces,
sólo entonces,
llegará el baile.

Bailará,
reirá,
se sonrojará bajo mis manos,
hará todo lo que pida
acompañando el triunfo de mi ego.

Por naturaleza goloso,
no puedo no querer más...

Regalo poesía
pues sé que abre el corazón.
Escribo mensajes furtivos,
para mantener incandescente
la llama de flores y peces
que días antes encendieron mis ojos.

Voy a su reclamo,
y así mismo hago
cuando mi ego está en sequía.
Soy agradecido con los regalos que me hacen,
pues incluso las cosas materiales llevan algo de ellas.

Una copa,
un trozo de cuero,
algo de ropa...
Para el sabor a conquista
cualquier detalle es bueno.

Y si en algún momento
se sienten abandonadas,
les recuerdo que estáoy ahí,
les envío poesías,
les regalo canciones,
respondo a sus mensajes,
les recuerdo mi apoyo,
enviándoles mi amor,
pues a todas las quiero mucho,
te quiero a ti,
y te quiero a ti,
y te quiero a ti,
y te quiero a ti,
y te quiero a ti,
y te quiero a ti,
y a ti...

Siempre estoy ahí,
para todas,
menos para ti.

miércoles, 3 de enero de 2018

Vaporcito

Los buenos guisos
saben a tiempo.