¿Cómo ha viajado tu vacío hasta mi armario? ¿Cuándo volverán las esperanzas que la corriente se llevara? ¿Dónde quedaron los sueños que enarbolaban mi futuro? ¿Por qué no un beso y un abrazo? ¿Qué respiro si no lo que soy? ¿Quién ansía la dádiva de mis pasiones?
¿Y si cerrara la puerta y me tragara la llave?
Y gozar del silencio eterno, del placer de la duda, de las preguntas sin respuesta...
Y no tomar conciencia de mi armario lleno de tu vacío...
Cuán tremenda fuera la tormenta
que mi día no ha tocado su fin desde el día que te dije adiós
que soy inocencia
y soy ese árbol bajo la brisa
y ese agua clara
que lucha por entrar en tus ojos
yo me cuelo por tu ventana